mayo 13, 2024
Moda y Estilo de Vida

‘SEX AND THE CITY’: La serie de moda más importante

Si algo podemos afirmar sin temor a equivocarnos es que no importa qué edad tengas, siempre habrá una serie para ti y que, probablemente, te enganche tanto como para desvelarte viendo más y más capítulos; y si existe una predilecta para los amantes de la moda, sin duda es Sex and the City. Y aunque esta serie es de finales de los noventa, existen muchos toques frescos que maravillan incluso a las generaciones actuales, por lo que no podemos negar el gran trabajo de HBO. Quizá ya la hayas visto o quizá todavía no, lo cierto es que casi todos hemos escuchado el título de esta serie en algún momento de nuestras vidas; sin embargo, ¿será tan importante cómo dicen o es otro caso en el que enaltecen un producto?

Quisiera comenzar con que, independientemente de la moda, Sex and the City me parece una serie que ha envejecido, en gran parte, de manera correcta, de ahí que hoy en día muchos podamos identificarnos. Y ello es evidente con personajes como Samantha y Miranda, quienes encajarían en el concepto actual de ‘mujer empoderada’; la primera en cuanto a la liberación sexual de la mujer y el aceptar quién es, y Miranda como una profesional exitosa. Si bien hay ciertos temas que no fueron muy afortunados (aunque hay que recordar la época en que esta se produjo), creo que dieron gran apertura a tabúes, así como voz a todos los problemas que las mujeres suelen atravesar.

Ahora, ¿qué les parece si vamos del peor personaje al mejor? Recordemos que la diseñadora de vestuario fue Patricia Field, la cual realizó un gran trabajo al presentarnos a cada una de las protagonistas a través de su vestimenta. Así que demos inicio con dos polos muy opuestos, primero con la amiga más conservadora de las cuatro: Charlotte York. Su estilo era muy new look de Dior, con vestidos conservadores en línea A y peinados perfectos, y ello hace sentido debido a que ella personifica a la típica señora que vive en Park Avenue y se remite a ideales conservadores. Aunque ello no exime el hecho de que sea la que menos arriesga y hasta resulte un tanto aburrida, pues aunque sí, lucía perfecta, no había algo que emocionara.

Pasemos ahora a la némesis de Charlotte: Samantha Jones, probablemente mi personaje favorito. La sensualidad explota con ella y, aunque sí que tiene una gran figura, lo cierto es que es una muestra más de que la seguridad en una misma es lo que realmente cuenta al momento de ser atractiva: las prendas no la lucen a ella, ella las luce. Sin embargo, he de confesar que varios atuendos se iban por un lado muy sensual en un grado que ya hasta carecían de gusto. Para lograr lo contrario, basta revisar al diseñador Thierry Mugler, quien incluso podría rosar los límites de lo vulgar pero, de algún modo, logra verse elegante y arriesgado (la marca Mugler fue quien realizó el reciente vestido de Megan Fox en los VMA’s).

Miranda Hobbes, sin duda alguna, me ganó en las primeras temporadas con los impresionantes trajes que usaba, junto con su peinado corto que la hacía lucir muy cool y moderna. Esta mujer de negocios no temía a su estilo tomboy (alejado a los estándares de lo considerado femenino), mismo que la audiencia percibía como extraño; lo cierto es que lejos de ser extraño, era una visión del futuro, pues su esencia es muy similar a lo que años después veríamos en Céline con Phoebe Philo y hoy vemos en cualquier tienda de fast fashion. La valentía de dejar a un lado las reglas y seguir las convicciones propias es lo que me lleva a considerarla como una verdadera propuesta de moda en su época.

Y claro, no hay Sex and the City sin la columnista que toma un Cosmopolitan, tiene un trauma con zapatos Manolo Blahnik y desfiló para Dolce&Gabbana: la emblemática Carrie Bradshaw. Este personaje podría ser el primero que viene a la mente de la mayoría cuando de estilo neoyorkino se trata, además de ser un innegable ícono de moda. No solo elevó la popularidad de los Manolo o la bolsa baguette de Fendi, sino que nos dio grandes lecciones de lo divertido que puede ser experimentar con la moda; este personaje ha sido de los pocos que han marcado tendencias e influido directamente en la industria. Su personalidad divertida es transmitida a través de su ropa, pues quizá pocas mujeres se habrían atrevido a usar un pájaro en la cabeza el día de su boda. He de admitir que existen momentos en los que no conecto con el personaje aunque, sin pensarlo, sería un sueño dar un clavado en ese clóset: Fendi, Prada, Dolce, Roberto Cavalli y muchos diseñadores más.  

Es entonces que no podemos negar la gran importancia de esta producción de HBO, de ahí que no extrañe la gran intriga que ha generado la próxima versión a estrenar: And Just Like That (aunque no sé qué tanto me entusiasma después de saber que Samantha no estará). Evidentemente no podría considerarla una de las mejores series, pues sinceramente no lo es, pero cuando de moda y habilidades para coquetear se trata, no hay otra opción que no sea la por siempre icónica Sex and the City.

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