La mala situación económica causada por la pandemia de covid-19 y sus variantes provocó una nueva parálisis en el proyecto de producción de magueyes que desarrolla el Colectivo magueyero UADA.
Diego Juárez Escamilla, representante de dicha agrupación señaló que las ventas de magueyes realizadas en los viveros durante 2021 se desplomaron, en comparación con las que se realizaron previo a la pandemia.
Expresó que hay personas que han solicitado cotizaciones, sin embargo, se han concretado pocas transacciones, pues por el momento debido a la mala situación financiera que se registra en el país la idea de invertir en plantar magueyes resulta poco atractiva.
Antes de la pandemia las ventas se encontraban en niveles aceptables, y llegaron a tener buenos clientes, como una organización ambientalista que cada mes adquiría aproximadamente mil 500 magueyes para reforestaciones en diversos puntos del Valle de México.
Pero en mayo de 2020 determinaron una pausa, que sería la primera, en las actividades del colectivo, pues la pandemia les representaba serias dificultades al tratarse de un pequeño grupo de productores.
Eso impactó en la producción pues se registraron pérdidas económicas debido a que algunos de los miembros del colectivo se contagiaron de covid-19 y las tareas de cuidado no se pudieron llevar a cabo de manera estricta, para garantizar la salvaguarda de la producción.
Cerca de 30 mil plantas de maguey fueron declaradas como pérdida y fue hasta enero de 2021 cuando cinco de los 14 miembros originales del colectivo, retomaron nuevamente las actividades de producción y venta.
El año lo empezaron con aproximadamente 30 mil magueyes, aunque determinaron que no aumentarían la producción, pues buscarían vender primero los existentes para no tener más pérdidas.
Lo anterior pues estaban conscientes de que la situación económica era difícil y les resultaría complicado incrementar su cartera de clientes durante la pandemia, para realizar ventas a gran escala.
Juárez Escamilla expuso que a pesar de la difusión que hicieron del producto fueron pocos los interesados, y de ellos, una cifra reducida los que realizaron compra de magueyes, aunque fueron transacciones menores, es decir de pocos ejemplares.
Destacó que hubo interés en los magueyes, pero al ser productos que generan ganancias a mediano plazo, pocos se interesan en invertir; ejemplificó que para producir aguamiel se requieren por lo menos 10 años de cuidados de los magueyes.
Ante la falta de ventas, en el mes de agosto los miembros del colectivo acordaron una segunda suspensión de actividades, pues los contagios de covid-19 continuaron, lo cual complicó las labores para el cuidado de los magueyes.
Por ahora sólo se mantienen los riegos y la revisión de plagas, pero no se están produciendo más plantas, y en breve los miembros del colectivo podrían reunirse para definir el rumbo del proyecto pues la pandemia les ha afectado de manera directa en términos económicos.
Fuente: Milenio.com